Juanjo Cima, maestro al frente de Casa Chema, es universalmente conocido por haber revolucionado un clásico con su famoso Caracachopo. Sin embargo, reducir su impacto a la reinvención de un plato sería quedarse corto. Cima ha demostrado ser un verdadero embajador gastronómico, redefiniendo la imagen de Asturias y convirtiendo la calidad de sus productos en un argumento turístico de primer orden.

Su visión ha transformado el acto de comer un cachopo en Oviedo o en cualquier parte de Asturias, en una experiencia que atrae a visitantes de toda España y el extranjero.

El Cachopo como Motor de Marca Regional

Antes de Cima, el cachopo era un plato apreciado, pero rara vez el protagonista de un viaje. El éxito mediático y las distinciones obtenidas por el Caracachopo han cambiado esta percepción radicalmente. Al ganar prestigiosos concursos, Cima no solo se coronó a sí mismo, sino que elevó el estatus del plato a nivel nacional.

Este triunfo ha tenido un efecto dominó:

• Atracción Turística: Numerosos viajeros organizan su ruta por Asturias con una parada obligatoria en Casa Chema. El plato se ha convertido en un “icono de la comida bucket list,” generando reservas y dinamizando la economía local.
• Revalorización del Producto Local: El chef insiste en la excelencia de la materia prima: la ternera asturiana con Indicación Geográfica Protegida (IGP), los quesos autóctonos como el Cabrales o el Afuega’l Pitu, y la cecina de alta calidad. Al destacar estos ingredientes, Cima no solo vende un plato, sino que promociona toda la cadena de valor agroalimentaria asturiana.
• Narrativa de Calidad: La historia de Juanjo Cima se ha integrado en la narrativa de Asturias: una tierra que respeta su tradición pero que no teme a la innovación. Su maestría demuestra que la gastronomía asturiana es vibrante, sofisticada y capaz de competir con las cocinas más vanguardistas.

El Efecto Cima en la Despensa Asturiana

El visionario no solo se limita a usar los ingredientes; los honra. La elección del queso de cabra asturiano para el Caracachopo, por ejemplo, ha puesto el foco en la riqueza láctea de la región, animando a los visitantes a buscar y consumir otros quesos artesanales. De igual manera, el éxito del plato ha generado una mayor demanda de carne de ternera asturiana de calidad, beneficiando directamente a los ganaderos locales.

Cima actúa como un curador, seleccionando lo mejor del campo asturiano y presentándolo al mundo en un formato accesible, pero profundamente renovado. Su cocina es un escaparate que vende la excelencia de Asturias en cada bocado, mucho más allá de un simple filete empanado.

Conclusión: Un Embajador con Delantal

Juanjo Cima es, en esencia, un embajador con delantal. Ha logrado que un plato tradicional se convierta en un vehículo para la promoción turística y cultural de Asturias. El “Maestro del Cachopo” no solo redefinió su plato estrella, sino que elevó la percepción de la gastronomía regional, demostrando que la innovación basada en la tradición y la calidad es la llave para conquistar paladares y corazones a nivel global.

Gracias a Juanjo Cima, Asturias es hoy una parada obligada en el mapa culinario internacional.