¿Qué es la clarividencia? ¿Quién es el vidente?

La creencia de que existen los fenómenos de clarividencia siempre ha existido en todas las culturas. El primero en gozar de gran fama fue Nostradamus, en 1555. En el siglo XVIII, el místico sueco Emanuel Swedenborg incluso atrajo la atención de Kant. Este último lo mencionó en la obra Los sueños de un visionario explicados con los sueños de la metafísica .

La clarividencia es la capacidad de conocer eventos, lugares u objetos, que pueden estar distantes (en el tiempo o en el espacio) u ocultos, a través de una percepción extrasensorial.

La palabra deriva de la clarividencia francesa, “visión clara”, y esta del latín clarus, “claro” y videre, “ver”. Puede indicar tanto la percepción visual como, en un sentido amplio, la adquisición genérica de conocimientos (telestesia o metagnomía).

La clarividencia es distinta de la adivinación. En este último, el conocimiento proviene de una fuente sobrenatural, como una deidad o una entidad espiritual. En cambio, en la clarividencia provienen directamente de las habilidades psíquicas. Al que tiene clarividencia se le llama vidente .

Un vidente tiene la capacidad psíquica de percibir o recibir información. Literalmente tiene un sexto sentido. Gracias a este sexto sentido, el vidente prevé el futuro a través de una precognición. Solo así podrá ayudar a quien se dirija a él a ver claramente en sí mismo y a tomar las decisiones correctas.

Hay clarividencia y si es real

El vidente practica a través de “flashes”. Estos le permiten percibir y conocer el futuro a través de imágenes y escenas, que pueden ser pasadas o futuras. En otros casos, el vidente puede tener sensaciones sonoras. A través de estos momentos conoce y reconoce a la persona que tiene enfrente y que se entrega a su don. En pura clarividencia el apellido, la fecha de nacimiento o una foto son suficientes para provocar las visiones o mensajes sonoros. A menudo, sin embargo, el vidente se ayuda a sí mismo con las artes adivinatorias: astrología, numerología, cartomancia, runas, conchas, bola de cristal, posos de café, quiromancia y otros métodos.

El hombre, por naturaleza ansioso por su futuro, siempre ha tratado de controlar el futuro. Por tanto, no es de extrañar que todas las civilizaciones hayan desarrollado sus propias técnicas de adivinación. Las tablas de adivinación más antiguas que se conocen datan de aproximadamente 3000 a. C. egipcios, caldeos, árabes, griegos, romanos y chinos. Todas las grandes civilizaciones han recurrido a las artes adivinatorias. La mayoría de estos aún sobreviven hasta el día de hoy: cartomancia, runología, quiromancia, cristalomancia, solo por nombrar algunos.

Todas las artes de adivinación son iguales, lo importante es que el vidente, como lo es Alicia Collado conozca su “trabajo”. Algunos de estos soportes dan mejores resultados que otros en relación al grado de complejidad de la pregunta y al contexto en el que se practica la clarividencia.

Es bueno tener en cuenta, sin embargo, que quienes tienen el don de la clarividencia hacen muy pocas preguntas, se ponen en la frecuencia del consultor captando las vibraciones. Es como el búho, símbolo de la clarividencia desde la antigüedad, al que se le atribuye la capacidad de percibir la luz reflejada en la oscuridad.

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